¿POR QUÉ IR AL DENTISTA DESPUÉS DEL VERANO?

Aunque ir al dentista después del verano quizás no parezca una prioridad, lo cierto es que hay buenas razones para hacerlo. Tal vez nunca te hayas parado a pensar en la importancia de ello, pero por eso queremos mostrarte cuáles son esas razones, junto con algunos consejos para ayudarte a cuidar la salud de tu boca tras las vacaciones de verano.

6 razones para ir al dentista después del verano

Ir al dentista después del verano es conveniente debido a que las vacaciones suelen ser un periodo de excesos y/o mayor desorden vital. Durante los meses estivales es frecuente que dejemos un poco de lado los buenos hábitos y comamos y bebamos más de lo normal, además de con mayor desorden, lo que puede tener impacto sobre nuestra salud dental, ya que no es tan fácil mantener los cuidados que seguimos durante el resto del año.

Esta relajación, junto con otros factores, puede generar problemas que de no ser detectados a tiempo probablemente se complicarán y requerirán tratamientos cada vez más complejos y/o costosos. Por ello entendemos que es interesante conocer algunos de los principales problemas de salud bucodental que explican la importancia de acudir al dentista tras el verano.

1. Pérdida de piezas dentales por impacto: en verano la actividad física se hace más intensa, practicamos más deporte y los niños juegan más entre ellos. Esto propicia que los accidentes en forma de contusión que genera la pérdida de alguna pieza sean más frecuentes, por lo que es importante que tu dentista revise el estado de tu boca, ya que la pérdida de uno o más dientes puede tener consecuencias perjudiciales y es probable que sea recomendable algún tipo de tratamiento.

2. Caries: puede aparecer en cualquier momento del año, pero las probabilidades de que lo haga después del verano son mayores por una combinación de factores. Además del picoteo frecuente y un mayor consumo de azúcares (es difícil resistirse a un helado o a tomar algo cuando el sol aprieta), comemos fuera con mucha más frecuencia, de manera que el periodo entre comida e higiene dental se prolonga más. Las comidas en el chiringuito también suelen tener largas sobremesas, o directamente se empalman con otras actividades, de ahí que el cepillado muchas veces se posponga hasta la noche, favoreciendo la aparición de bacterias y caries.

3. Boca seca: aunque uno de los consejos más recurrentes en verano es el de hidratarse con frecuencia, no todo el mundo lo hace tanto como sería deseable. Las temperaturas extremas tienen como consecuencia que la boca se reseque al producir menos saliva, y esta menor cantidad de saliva puede dar lugar a que aumente el riesgo de padecer periodontitis o gingivitis.

4. Manchas y oscurecimiento: la menor frecuencia de cepillado y el tipo de alimentación pueden hacer que, incluso en periodos tan breves como uno o dos meses, los dientes pierdan algún tono, o incluso aparezcan manchas dentales.

5. Problemas con las prótesis dentales: muchas de las cuestiones mencionadas anteriormente afectan también a las prótesis, que como se sabe, necesitan la misma atención y cuidado igual que cualquier pieza dental original.

6. Otras razones: además de los mencionados, durante el verano pueden haber hecho su aparición otros problemas que quizás no estén relacionados directamente con la estacionalidad, pero a los que habría que dar respuesta cuanto antes para que no se agraven. Tal vez la última limpieza dental fue hace más de 6 meses y el sarro ha ido acumulándose poco a poco, o quizás alguna mordida ha provocado una micro rotura de la que no somos conscientes. Visitar al dentista después del verano es una buena forma de darles solución, ya que los detectará y aplicará el tratamiento más adecuado en cada caso, minimizando así el riesgo de que todo derive en problemas más complejos.

Consejos para cuidar la salud bucodental tras las vacaciones de verano

Además de acudir a revisión con el dentista después del verano, otros consejos útiles para evitar que la boca se convierta en una fuente de problemas son: retomar los buenos hábitos de higiene dental, beber agua en abundancia y ajustar la dieta para hacerla más equilibrada.

Los hábitos de higiene dental no deberían ser estacionales, sino permanentes, pero hay veces que las circunstancias lo dificultan. Por eso al regresar a tu rutina normal lo mejor que puedes hacer es volver a ponerte como objetivo los cepillados frecuentes, el uso de colutorio e hilo dental, y la sustitución del cepillo cada cierto tiempo.

El agua es la mejor bebida que podemos ingerir y sin lugar a dudas la que más beneficios aporta a la boca. Al ir reduciendo el consumo de alcohol y bebidas azucaradas y sustituyéndolo por agua, las posibilidades de que mantengamos nuestra boca libre de complicaciones aumentan de forma considerable

Y por último, aunque no menos importante, una buena dieta tendrá impacto en nuestra salud a nivel general, y en nuestra boca a nivel particular. Tomar más alimentos ricos en calcio fortalecerá la dentadura, y un mayor protagonismo de las frutas y verduras favorecerá el aporte de muchas vitaminas que son esenciales para mantener una buena salud oral.